lunes, 11 de febrero de 2013

Cuando recordé una mañana lluviosa en La Roma y escribí otra cosa


Fueron días
las lluvias de coladera.
Grises las nubes
la cama fría
y tenue la penumbra.

No sólo no salí
sino que dejé que cayera
afuera fina la tenue lluvia
cuando adentro jugaba
con el perro
porque no quería mojarme.

La sensación detenida
los días de lluvias
las casas viejas de La Roma
mis vecinos que me veían.

De ellos es la verdad.
Su contemplación
son los rumores
de mi vida.