viernes, 28 de noviembre de 2008

Tu nombre

TU NOMBRE

Y tiempo después
Te volví a ver a través de la mirada de otra persona,
Cuyos ojos son un lente
Y su medio de expresión un lienzo
O una impresión.

Alguna vez escribí esto:

Me gusta besar tu cuello desnudo,
seguir besando hasta bajar a la estrella sin noche,
constelación dragón que tu piel tatúa.


Ahora digo esto otro:

Negras estrellas que iluminan el lienzo blanco de tu piel…


O acaso será:

¿Negras gotas que caen delgadas sobre tu piel pálida?

No lo sé,
Pero tu nombre,
Que en inglés tiene una etimología germánica,
Y la española de un origen mucho más húmedo que aquélla,
Es traslúcido como las gotas que se deslizan frías
Por las ventanas de mi coche.

Sabes, ayer soñé contigo,
Un sueño extraño,
Raro,
Traslúcidamente extraño,
El cual no recuerdo con claridad,
Y no podría describirlo sin utilizar la poesía,
Este enigma que conforman las palabras:

Negras son las estrellas que iluminan el pálido cielo…

Fotografía inglesa,
Que a través de otros ojos
distinto significado tiene,
Me da gusto que otra persona
vea cosas diferentes a las que yo un día vi.
No importa que sea fotografía o poesía,
En ti, los creadores se exaltan,
Sean fotógrafos pintores o poetas.

Ni siquiera te vi completa, solo un fragmento,
lunares y piel; y cuento:
Rocío uno, rocío dos, rocío tres,
Constelaciones diversas,
Fragmentos de universo,
Que me remitieron,
Extensamente,
A ti.

martes, 25 de noviembre de 2008

Tríptico

Me diste

Como necesarios asideros me aferro
A los objetos que me has regalado.
El poema que ahora escribo,
Lo hago con la pluma que tú me diste.

Me sostengo, casi a ciegas, de tu recuerdo caprichoso,
De tu imagen desnuda, postrada y aparentemente sumisa
en esa oscuridad que tú me diste.

No puedo evitarlo, pero invariablemente
Me aferro a todos aquellos momentos que me diste:

Lágrimas que escurren tus mejillas mientras hacíamos el amor,
Risas y canciones que me recuerdan a ti,
(canciones que tenían un significado previo para mí,
pero que contigo tomaron otro),
el yogurt y el aceite de avellana,
el cus cus y el desayuno en la mañana.
El café calientito antes de salir con tu bicicleta al trabajo.

Ahora que no estás y me ignoras con frialdad,
me son más cercanos y míos,
los objetos (los recuerdos) que tú me diste.

***

Qué lejano me parece ahora el recuerdo
de cuando llorabas
Mientras lentamente,
y siempre tomándote en cuenta,
te penetraba.

***

Remembrar


Me gusta remembrarte en la oscuridad
Y con el pelo largo.

Tu única mirada de cíclope abierta,
Tu flor como una húmeda boca apretada.

Te rememoro con el pelo corto,
Entre claroscuros y la piel como de plástico a la luz de la veladora.
Hay veces que las lágrimas escurren
Y recorren los ojos.
Otras veces las promesas caminan solas con alas propias,
Y se escapan dejando más llanto que sonrisas.

Yo no lloro, estoy seco,
Pero te acompaño y me mojo,
Te siento en el fondo, hasta dentro.
Paradójico, porque hace tiempo que no te veo,
Y cuando sí, me siento como un fantasma excedente.

Quiero remembrarte con aquellos ojos que eran solo para mí,
Con una sonrisa alegre,
Buscando la mía, y el consecuente beso.


13 de Julio 2008

jueves, 9 de octubre de 2008

Mientras hablábamos por teléfono

Mientras hablamos por teléfono

Para B.R.

Es curioso cómo a veces la mente quiere ir en determinada dirección y el cuerpo simplemente va en la contraria. Me acuesto en mi cama con el teléfono en la mano y comienzo a platicar con ella. Hablamos por mucho tiempo, quizás horas, no lo sé, pero en un momento determinado mi mente logra relajarse por completo y mi cuerpo, por increíble que parezca, se tensa.

Ella, gustosa de los placeres gastronómicos, me habla de las bondades que el aceite de avellana tiene sobre el cuerpo. El mío, al escucharlo, se relaja tensamente.

Conforme la conversación sube de tono y de espesidad (ahora habla del yogurt), siento cómo, sin control y de manera algo animal (a pesar de que ella siempre dice que es mejor ir despacio), hago desesperados intentos por aplacarme.

Ella, por ningún motivo, puede notar que estoy tenso y agitado.

Callo y dejo que hable, y mientras la plática continúa, escucho su voz pero no la oigo, es apenas un susurro lejano en mi rígido espasmo que explota en una relajación total, esta vez de cuerpo y mente. Ella continúa hablando, yo retomo el tema con los ojos casi entornados y con una sonrisa en el rostro.

Ella, no se ha dado cuenta de nada.

27 de abril 2008
Ciudad de México

sin título

Soy un poeta vulgar.
De esos que les gustan las groserías
Y no la bucolería.
Me encanta decirlo,
Soy tonto, poeta y pendejo.
Y como tal actúo cuando camino.
Recorro las calles y no veo las flores que piden por ser recogidas.
A veces las flores dan frutos, y éstos tampoco los recojo.
Y cuando me doy cuenta y lo hago, se deshacen en mis manos,
Con una dulce podredumbre fermentada.
Esto veo con tristeza
mientras busco las palabras para contarlo.